Conscientes
de la dificultad que supone el tratar de condensar en un espacio tan reducido
la historia de un ámbito profesional como el que nos ocupa, pensamos que es
importante conocer al menos los hitos que han permitido a los psicólogos
clínicos acercarnos al lugar que en estos momentos ocupamos. Por tal motivo, no
veáis en esta parte del documento nada más que lo que quiere ser: un pequeño
recordatorio del esfuerzo y trabajo de muchos.
1. Desarrollo de la Psicología Clínica
Si
bien cabe remontarse a antecedentes centenarios que avant la lettre prefiguran
la Psicología, donde habría que destacar a Luis Vives (1492-1540) como anticipo
de una "psicología moderna", la historia de la Psicología Clínica que
aquí se presenta parte de su establecimiento formal y recorre las instituciones
que la han ido configurando. Únicamente se diría a propósito de los
antecedentes que este establecimiento formal se inscribe dentro de la tradición
de la psicología experimental ya en curso, cuya fecha oficial data de 1879 con
la fundación del laboratorio de Wilhelm Wundt en la Universidad de Leipzig. En
este sentido, la tradición de la psicología experimental ha imprimido a la
Psicología Clínica una orientación a la investigación que todavía perdura por
no decir que le es propia. En efecto, la orientación a la investigación es una
de las contribuciones bien reconocidas al psicólogo en el campo clínico (como
se verá más adelante en la definición de sus funciones). Así mismo, se habría
de resaltar (a este respecto de los antecedentes) la tradición que, igualmente
con una historia de siglos, se ha interesado en el estudio de las diferencias
individuales, en cuya perspectiva no podría faltar la referencia a Huarte de
San Juan (1529-1579), precisamente, el patrono de la Psicología en España. Esta
psicología de las diferencias individuales cuenta en 1885 con el primer centro
para la medida mental, establecido por Francis Galton y que culminaría con el
laboratorio del Alfred Binet en 1895.
El
establecimiento formal de la primera clínica psicológica fue en Marzo de 1896
en la Universidad de Pensilvania, por parte de Lighner Witmer. Se habría de
recordar en este sentido que Sigmund Freud utilizó por primera vez en este año
de 1896 el nombre de "psicoanálisis" (si bien ya tenía abierta su
consulta en Viena desde 1886). Así pues, cabría proponer 1896 como el año en
que oficialmente se ha establecido la Psicología Clínica.
La
Clínica de Witmer (que marcaría el trabajo clínico por algún tiempo) tenía las
siguientes características. Los clientes eran niños (debido a los intereses
particulares de su fundador), las recomendaciones de ayuda iban precedidas por
una evaluación diagnóstica, disponía de un equipo de profesionales que
trabajaban en colaboración, un interés bien señalado era la prevención mediante
diagnósticos y remedios tempranos, y, en fin, la atención clínica ofrecida se
atenía a la psicología científica. Se fueron estableciendo nuevas clínicas. La
Universidad de Pensilvania (a instancias de Witmer) ofreció en 1904-1905 cursos
formales de psicología clínica. En 1907 el propio Witmer fundaría la primera
revista especializada, titulada The Psychological Clinical. Este crecimiento de
psicólogos clínicos llevó en 1917 a una escisión de la American Psychological
Association (APA), creando la American Association of Clinical Psychologists.
Sin embargo, en 1919 esta nueva asociación se reincorporó a la APA, como
Sección clínica. Así pues, la Psicología Clínica crea sus propias instituciones
(revistas, asociaciones) dentro del marco de la Psicología académica y
científica representada principalmente por la Universidad y la APA.
La
Primera Guerra Mundial ha movilizado la construcción y aplicación de tests
psicológicos y, también, el papel del psicólogo clínico. Por un lado, los
psicólogos clínicos investigaron y teorizaron sobre los temas en cuestión, como
la naturaleza de la personalidad, el origen de la inteligencia (por ejemplo, el
papel de la herencia y el medio), las causas de los trastornos de conducta, los
usos de la hipnosis, y la relación entre principios del aprendizaje y la
desviación. Por otro lado, los psicólogos clínicos pasaron de considerarse a sí
mismos más concernidos con los problemas educativos (que con los
psiquiátricos), a adoptar las funciones de tratamiento añadidas a la
evaluación, de entrenamiento reeducativo, y de investigación. En este sentido,
se ha de decir de nuevo que la función terapéutica se centró inicialmente en la
clínica infantil, conjuntando así las tareas de diagnóstico y tratamiento. En
esta asimilación del tratamiento por el psicólogo clínico contribuyó también el
prestigio alcanzado en el uso de los tests de personalidad tales como, por
ejemplo, el Rorschach y el TAT (Tematic Apperception Test), que permitieron un
lenguaje común entre el psicólogo (diagnosticador) y el psiquiatra (terapeuta).
Según
aumentaba su número y se ampliaban sus funciones, los psicólogos clínicos
(junto con otros psicólogos aplicados) se sintieron descontentos con el apoyo
recibido por sus colegas de la APA, mayormente académicos y científicos, de
modo que se constituyeron en 1937 en una organización separada, la American
Association of Applied Psychology, para ocho años después reintegrarse de nuevo
en la APA.
La
cuestión es que al final de la década de 1930 el campo de lo que sería la
moderna Psicología Clínica ya se había organizado con sus seis actividades
principales, a saber, la evaluación, el tratamiento, la investigación, la
enseñanza, el asesoramiento, y la administración. Para entonces los psicólogos clínicos
se han extendido más allá de sus clínicas originarias a los hospitales, las
prisiones, y otros lugares, y tanto con adultos como con niños.
En
la Segunda Guerra Mundial se derivaron 40.000 personas a los hospitales
neuropsiquiátricos de la Veteran Administration (VA) en EE.UU., lo que supuso
de nuevo un impulso a la consolidación de la Psicología Clínica. Puesto que los
psicólogos clínicos existentes fueron insuficientes, la VA se adelanta a la APA
y los departamentos de las Universidades en la definición y capacitación
requerida para el ejercicio de la psicología clínica. Concretamente, un
documento de la VA de 1946 definió la psicología clínica como una profesión que
implicaba el diagnóstico, el tratamiento, y la investigación relativos a los
trastornos de los adultos. Para ello el psicólogo clínico habría de poseer el
grado de Doctor (PhD). Esta instigación de la VA (junto también con el Servicio
de Salud Pública de EE.UU.), para que la APA y las Universidades definieran los
programas de formación en psicología clínica, dio lugar en 1947 a un comité
encargado de diseñar las directrices a seguir. Este comité (David Shakow's
Commitee on Training in Clinical Psychology) tenía encomendado recomendar el
contenido de los programas, establecer los criterios de entrenamiento a tener
en cuenta por las Universidades y los servicios de formación en régimen de
residencia, y evaluar e informar sobre los programas en curso.
Las
tres principales recomendaciones del informe Shakow para el entrenamiento
clínico fueron las siguientes:
1. El psicólogo clínico sería formado antes que
nada como psicólogo (y por tanto como científico) y contando con ello como
profesional práctico.
2. El entrenamiento clínico sería tan riguroso
como lo pueda ser la formación en áreas no clínicas de la psicología, lo que
supone el establecimiento de unos criterios estándar de postgraduación.
3. El contenido de la preparación clínica se
centraría en la evaluación, el tratamiento y la investigación.
Esta
propuesta para la formación del psicólogo clínico, el así llamado 'modelo de
Boulder' en razón del lugar de la Conferencia que en 1949 lo asumió, fue el
patrón seguido en adelante. Este ha sido el modelo seguido, ciertamente, sin
perjuicio de otros replanteamientos (con sus conferencias programáticas
también) que conciernen sobre todo a la proporción del contenido científico y
del papel investigador con que se figura al psicólogo clínico. En todo caso,
este desarrollo e implantación de la Psicología Clínica como profesión tuvo su
reconocimiento legal, así como también dispuso de su código ético.
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